|
Zaragoza a sangre y fuego José Luis Melero en el Catálogo de la exposición ZARAGOZA. VISIÓN EMOCIONAL DE UNA CIUDAD. Zaragoza, Museo Camón Aznar y La Lonja, 2011).
Decir que a uno le gusta su ciudad, Zaragoza en este caso, nunca ha estado bien visto entre intelectuales. Muchos de éstos suelen decir siempre que la ciudad de uno es cateta y provinciana, porque de ese modo, sutilmente, están haciéndonos ver a todos que ellos desde luego no lo son. Esto pasa con todas las ciudades, no sólo con Zaragoza. Recuerdo de memoria los versos que Blas de Otero le dedicó a Bilbao: “Ciudad llena de iglesias y casas públicas donde el hombre es harto y el hambre se reparte a manos llenas”. Los artistas sólo declaran amar a su ciudad cuando envejecen y ésta los premia o los hace hijos predilectos. Zaragoza no es mejor ni peor que cualquier otra, pero nos guste o no en cada una de sus esquinas están nuestros nombres grabados a sangre y fuego.
|
|