EL PRIMER BENJAMIN JARNES:

LA OBEDIENCIA MILITAR,

UN FOLLETO DESCONOCIDO DE 1912

[ El Bosque, números 10-11, enero-agosto de 1995]

 

 

 

Benjam¡n Jarnés nació en el pueblo zaragozano de Codo el 7 de Octubre de 1888. Fue el decimoséptimo hijo del sastre y sacristán del lugar, Pedro Jarnés Aznar, quien tuvo veinte hijos, siete de un primer matrimonio y trece de unas segundas nupcias contraídas con Bernabea Millán Villagrasa. Este Pedro Jarnés fue aficionado a la poesía y escribió coplas y romances de ciego, algunos de los cuales llegaron a imprimirse (1).

Después de pasar por el Seminario de Belchite, Benjamín Jarnés ingresó en 1900 en el Seminario General Pontificio de San Valero y San Braulio de Zaragoza, para pasar después, dadas las estrecheces económicas de su familia, al Seminario de San Francisco de Paula, reservado a los estudiantes pobres (2). Allí habría de permanecer hasta 1909, año en que lo abandona tras terminar el segundo curso de Teología.

En febrero de 1910 se incorpora al ejército, concretamente al Regimiento de Infantería Aragón número 21, con batallón en Barcelona, y un año más tarde, en 1911, es ascendido a sargento. Destinado a Zaragoza en 1912, simultaneó su profesión de militar con los estudios de Magisterio, matriculándose ese mismo año en la Escuela Normal Superior de Maestros como alumno libre. (3)

Es precisamente en este año de 1912, cuando con pie de la Imprenta del Regimiento de Infantería Aragón, 21, de Zaragoza, el entonces sargento Benjamín Jarnés publica un folleto de dieciséis páginas, en octavo mayor, titulado La obediencia militar, trabajo que, tal y como figura tanto en la cubierta como en la portada de dicha publicación, obtuvo el primer premio en el certamen litera­rio celebrado en el Cuerpo el d¡a 16 de Marzo de 1912, convocado para premiar "un tema dirigido a mantener a la mayor altura posible el espíritu militar", según rezaba la orden del Cuerpo del día 29 de Febrero de ese año. El premio consistió "en un reloj de plata con expresiva dedicatoria", y Jarnés dedicó el folleto al Coronel del Regimiento don Francisco de Vera y García.

Hasta ahora, las primeras publicaciones de Jarnés conocidas -artículos periodísticos en La Crónica de Aragón, El Pirineo Aragonés, El Pilar y La Unión- eran de 1917 (4), año en que fue destinado a Jaca; y se creía que su primer libro era Mosén Pedro, editado por la Biblioteca Patria en 1924. Así pues la importancia del folleto que presentamos radica en que se adelanta en cinco años la fecha de la primera publicación conocida de Jarnés; y en que además no se trata de un artículo volandero para la prensa de la época, sino de un folleto con entidad propia, publicado doce años antes del que hasta ahora se tenía como su primer libro. Es además el único folleto o libro de Jarnés con pie de imprenta zaragozano, pues todos los demás suyos se editaron siempre fuera de Aragón. (5)

La obediencia militar es, como no podía esperarse de otro modo en alguien cuya vida se ha desarrollado hasta ese momento entre la Iglesia y el ejército, un texto conservador en extremo. Comienza Jarnés su trabajo poniendo en práctica una captatio benevolentiae: se somete humildemente a la censura de sus Jefes, dice que va "a vestir cuatro mal pensadas ideas con desaliñado ropaje" y que sus palabras "no tendrán la seguridad y fijeza que da el hondo conocimiento de las cosas", pero que está animado de la mejor intención y que confía en el juicio benévolo del Tribunal. Continúa argumentando acerca de la necesidad de la guerra y llega a calificarla como "un fenómeno de orden puramente natural"; y si la guerra es necesaria, la sociedad debe mantener una organización convenientemente preparada para cuando aquélla exija su intervención: el ejército. Pero el ejército, sigue Jarnés, "se compone de soldados y ‚estos son como las piezas vivas de una bien organizada máquina, manantial de energías, unas veces latente, otras en ejercicio: ¿qué resorte emplearemos, que impulso motor para unificarlas y dirigirlas en el sentido del que manda? Este resorte no puede ser otro que la obediencia". Para Jarnés sin obediencia no hay soldado, sin éste no hay ejército y sin ejército no hay orden. Distingue entre la obediencia racional, en la que uno obra convencido de la rectitud de su actuación, y la obediencia ciega, en la que uno obedece porque se le ordena, sin más explicaciones, y afirma que el soldado debe practicar esta última clase de obediencia. Prosigue hablando del modo de inculcar en el soldado el espíritu de obediencia y sugiere la "necesidad de avivar en su corazón el fuego sacro del patriotismo", para lo que podrían divulgarse por los cuarteles, a través de publicaciones baratas, las gestas heroicas de sus antepasados, "guerreros indomables que desde Covadonga hasta Granada reconquistaron el suelo de la Patria... hicieron barricadas en Zaragoza y Gerona, en Bailén y Talavera, en Albuera y Arapiles, en Cádiz y San Marcial". Concluye de la misma forma modesta y recatada que empezó, tributando un homenaje de respeto y subordinación a sus Jefes y deseando que sus palabras hayan servido para inflamar en los corazones de sus compañeros el espíritu militar.

Todo el texto está como se ve muy lejos del Jarnés avanzado y progresista de años más tarde, que habría de convertirse en el máximo representante de la "novela deshumanizada", comprometerse con la defensa de la libertad y la democracia durante la guerra civil, sufrir al acabar ésta el internamiento en el campo de concentración francés de Limoges y más tarde el exilio en México.

Parecería razonable pensar a la vista de la fecha de edición de La obediencia militar que esta obra bien pudiera ser la primera publicación de Jarnés y la única muestra de su prehistoria literaria; pero sin embargo unas líneas escritas al principio de su trabajo nos hacen estar alerta sobre la posibilidad de que aparezcan nuevos textos anteriores, pues el aragonés se declara "nada nuevo en estas lides". Así pues estaremos pendientes de posibles nuevos hallazgos.

JOSE LUIS MELERO RIVAS

ANTONIO PEREZ LASHERAS

 

 

NOTAS.

(1) Ildefonso Manuel Gil en su edición de la Autobiografía de Benjamín Jarnés, (Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1988) señala que en la página del cuaderno familiar de los Jarnés correspondiente al año 1871 se lee: "En el mes de junio, compuse y se imprimió el romance Sátira de los Segadores y "en el mes de septiembre compuse y se imprimió el romance de la relación de el suceso de Lamberto Artigas con los rayos".

(2) Vid. Marcelino Artieda García y Jacinto Montenegro Valenzuela, Benjamín Jarnés Millán: el estudiante y su entorno escolar, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1988.

(3) Sobre su servicio militar en Barcelona y su posterior destino a Zaragoza puede verse su novela Lo rojo y lo azul (1932), tan nutrida de elementos autobiográficos, en la que su protagonista "Julio Aznar" (recordemos que Aznar era el segundo apellido de su padre) corre sus mismas peripecias vitales. "Julio Aznar", que había sido ya personaje principal en otra novela de Jarnés, El convidado de papel (1928), se convertirá en un personaje recurrente en la obra del aragonés y volveremos a encontrarlo en varios de sus libros (Paula y Paulita, Tántalo, La novia del viento, Eufrosina o la gracia). También Jarnés firmó con el seudónimo de "Julio Azar" su última novela, Constelación de Friné, en 1944.

(4) Vid. Juan Domínguez Lasierra, Ensayo de una Bibliograf¡a Jarnesiana, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1988. También Rafael Conte, en su edición de Viviana y Merlín de Jarnés (Madrid, Cátedra, 1994) dice: "Del año siguiente (1917), cuando ya contaba veintinueve años de edad, datan sus primeros escritos publicados".

(5) En vida de Jarnés, con la excepción del folleto que presentamos, no se publicó ningún libro suyo en Aragón. Habría que esperar hasta 1979, año en que la benemérita Nueva Biblioteca de Autores Aragoneses de Guara Editorial publica la tercera edición de El convidado de papel, para que saliera de las prensas zaragozanas un libro de Jarnés.

 

JOSE LUIS MELERO RIVAS

ANTONIO PEREZ LASHERAS