PRESENTACION DE ANDRES TRAPIELLO

EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES DE HUESCA

(febrero de 2003)

José Luis Melero

 

Hoy tenemos con nosotros a Andrés Trapiello, que ha sido elegido por el CES del IEA para pronunciar la conferencia que todos los años se organiza en homenaje y recuerdo a Ramón J. Sender.

En agosto de 1932 Miguel de Unamuno visitó el Alto Aragón. El día 27 dio una conferencia en Jaca, en el Teatro Unión Jaquesa, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Zaragoza. Le acompañaban entre otros el Rector de la Universidad de Zaragoza, Gil Gil y Gil, sobrino del célebre jurisconsulto Joaquín Gil Berges, altoaragonés de Jasa, que había sido ministro de Gracia y Justicia con Pi y Margall, y el Director de los Cursos Domingo Miral, aquel cheso ejemplar, antiguo compañero suyo en Salamanca y autor de unas famosas comedias escritas en aragonés cheso, impresas por la Imprenta de Carlos Quintalla en Jaca en 1903, hace ahora justo cien años.

En una tarde dominical, dicen los cronistas que de agradable temperatura, fueron muchos los que tuvieron que escuchar desde la puerta las palabras del que fuera rector de la Universidad de Salamanca. Entre ellos se encontraba un joven de 15 o 16 años que andando el tiempo sería buen amigo mío. Este amigo, que recordaba aquella conferencia con gran emoción y me la contaba con todo lujo de detalles a finales de los años setenta en Jaca, siempre me decía: yo tuve el privilegio de asistir a un momento histórico: la visita de Unamuno a Jaca. Y se enorgullecía mucho de ello.

Pues bien, todos nosotros somos hoy también unos privilegiados pues vamos a asistir a otro momento histórico: la visita de Andrés Trapiello a Huesca.

Porque Andrés Trapiello, leonés de 1953, es para mí y para otros muchos el más importante hombre de letras que hay hoy en España. Y al decir hombre de letras, quiero decir que es mucho más que un escritor: es un hombre que vive por y para la literatura, que ha practicado con pasión en todas sus modalidades y variantes. Es, digámoslo así, un escritor de escritores, al modo que José María Manzanares era un torero de toreros. Es un escritor de culto, que no precisa apoyos mediáticos de ningún tipo para tener un montón de lectores fieles a machamartillo, que esperan, esperamos, con ansiedad sus libros. Lo ha hecho todo en el mundo de las letras y todo bien:

Ha escrito sobre arte: vean esta Conversación con Eusebio Sempere del año 77.

Ha editado revistas: Número

Ha dirigido editoriales: Trieste, que creó con su amigo Valentín Zapatero, y La Veleta.

Ha publicado colecciones de poesía: Entregas de la Ventura.

Ha sido biógrafo: Las vidas de Miguel de Cervantes.

Ha sido y es tipógrafo reputadísimo, que confeccionó entre otros el Diccionario de las Vanguardias de Juan Manuel Bonet y recientemente el Album Luis Cernuda.

Ha preparado ediciones de Rafael Sánchez Mazas, Miguel de Unamuno, Manuel Machado, Ramón Gaya, Gómez de la Serna o Gutiérrez Solana, entre otros.

Reconocidísimo poeta, ha sido incluido en las más importantes antologías. Recordemos la última “Antología consultada de la poesía española: El último tercio del siglo (1968-1998)”, editada por Visor. Reunió su poesía en Las Tradiciones, volumen al que siguió Acaso una verdad, que fue Premio de la Crítica en 1993, y Rama desnuda. No he encontrado Junto al agua, su primer libro, y esto es un baldón imperdonable.

Es novelista premiado (Premio Plaza y Janés, Premio Nadal), autor de títulos como: La tinta simpática, El buque fantasma, La malandanza, Días y Noches y la reciente Los amigos del crimen perfecto.

Es importantísimo enyasista: Clásicos de traje gris, Sólo eran sombras, Los caminos de vuelta, Viajeros y estables, Las armas y las letras. Literatura y guerra civil. 1936-1939, Los nietos del Cid.

También ha hecho incursiones en el teatro y todos los críticos han coincidido en que es admirable su reciente adaptación teatral del “Tío Vania” de Chéjov.

 Ha hecho reportajes novelados como La noche de los cuatro caminos.

Y es autor de un Diario fascinante: Salón de pasos perdidos, del que hasta ahora han aparecido 10 entregas, además de los seis títulos de la serie Los Desvanes, desde El gato encerrado (1990) hasta Las inclemencias del tiempo (2001) y desde Mil de mil (1995) hasta Mar sin orilla (2002), y que tienen que conocer obligatoriamente si quieren llegar a ser algo en la vida.

Y si por si todo esto fuera poco dedica su ocio a buscar y comprar libros viejos, como hacía Baroja, y es uno de los más reputados bibliófilos del país y dueño de una biblioteca espléndida que suscita la admiración de todos los que la han visitado y la envidia de tantos bibliófilos de medio pelo como quien les habla.

Como ven pues toda una vida entre libros: los suyos y los de los demás, que hacen de Andrés Trapiello, como les decía, quizá el más importante escritor español del momento. Un lujo para Huesca y para Aragón que esté hoy con todos nosotros. Háganse con él una foto a la salida, como se la hicieron nuestros abuelos con Unamuno en Jaca, en la puerta de la Universidad de Verano, y así podrán demostrar y presumir de que ustedes también asistieron a otro momento histórico: la visita de Andrés Trapiello a Huesca en febrero del año 2003.