"Esa pasión [...] nunca me ha hecho comprar libros que no quisiera leer [...] y juro solemnemente [...] que jamás me perdonaría convertir mi biblioteca en un almacén de libros, que abomino del coleccionismo de esos que atesoran y atesoran libros sólo por bibliomanía y que van llenando los plúteos de sus librerías como se pegan los cromos en los álbumes hasta completarlos, y que únicamente he permitido la entrada en casa de aquellos libros distinguidos que me fueran a proporcionar felicidad. Nunca hay que olvidar que los libros están hechos para ser leídos, para transmitir placer o conocimiento, y que son mucho más que un objeto de culto o un lujoso fetiche".

(José Luis Melero, 'Lecturas y pasiones'. Zaragoza, Xordica, 2021: ésta es sólo la primera página de otro libro de Melero que, como invariablemente consiguen todos los suyos, devuelven muchas cosas: puro amor por los libros -y un amor, además, más o menos sano en un terreno donde tanto abunda la demencia y la fachada- y afecto verdadero por las cosas aragonesas, contado todo de un modo ejemplar, por sensato, por amable, por gracioso y por noble).

Juan Marqués, 12 de noviembre de 2021