Labordeta en Olifante
Hacia finales de los años 60 y principios de los 70 José Antonio Labordeta se inventó Aragón. No lo hizo solo. Le acompañaron en el empeño algunos otros, desde luego y especialmente Eloy Fernández Clemente. Nuestro “viejo país” (como lo llamó Labordeta en una de sus canciones) languidecía y dormitaba, abatido y desorientado, después de 40 años de dictadura; y José Antonio y sus amigos decidieron hacerle el boca a boca, recuperarlo, enlucirlo y, sobre todo, devolverle la autoestima y conseguir que anduviera con la cabeza alta y conociera lo grande que había sido. Para ello utilizaron distintas armas: especialmente el periódico Andalán, el P.S.A. y las canciones de Labordeta. “Andalán” era el soporte intelectual, el Partido Socialista de Aragón el brazo político y las canciones de José Antonio el entronque con lo popular. Y muchas cosas de Aragón empezaron a existir (o las gentes de aquí empezaron a enterarse de que existían) porque Labordeta las nombraba en sus canciones: Aragón, La vieja, Los leñeros, Las arcillas, Los masoveros… José Antonio era y es por encima de todo un poeta. Y llevó la poesía a sus canciones. Y los aragoneses comenzaron a identificarse con ellas. Siguió dando clases y publicando libros, haría popularísimos programas de televisión, acabaría de diputado aragonesista en el Congreso…, pero nada le ha dado tanta presencia pública, tanto calor popular como sus canciones. Se cantan en medio mundo (hace poco nos enterábamos de cómo se entonó recientemente el Canto a la Libertad en el Palacio Presidencial de El Salvador en un homenaje a Ignacio Ellacuría), son muchos los que piensan que ese Canto a la Libertad (o Somos tal vez) debería ser el himno de Aragón, y lo último es que ahora hasta en La Romareda se canta La Albada antes de los partidos del Zaragoza. Por eso es especialmente hermoso que una editorial aragonesa como Olifante -comprometida desde hace tantos años con la poesía- publique este libro de Mario Ruiz Arganda sobre la poesía en las canciones de Labordeta. No podía hacer mejor servicio a la poesía, a la libertad, a Aragón y a sus gentes. Porque las canciones de Labordeta son ya y para siempre patrimonio de todos. José Luis Melero
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