ENTREVISTA A JOSÉ LUIS MELERO

[El Pairón, 42, agosto 2007]

1.- ¿De dónde te viene tu pasión por los libros?

Yo he sido siempre un lector enfermizo. Siempre me recuerdo leyendo.  A los 14 años empecé a comprar libros regularmente y así hasta ahora. Durante muchos años madrugué bastante los domingos para bajar al Rastro y allí compré muchos y buenos libros. También aprovechaba los viajes para comprar por distintas librerías de viejo de España y acudía, siempre que podía, a las Ferias de Madrid y Barcelona,  y alguna vez a las de Sevilla, Valencia, Logroño, Pamplona...  Ahora Internet lo ha cambiado todo.  Puedes comprar en todas las partes del mundo sin moverte de casa. Y ahora, precisamente, es ya cuando menos compro. La búsqueda de los libros ha perdido en buena medida el aliciente y el atractivo que siempre tuvo.  Pero sigue siendo incomparable, y lo será siempre, el placer de rebuscar en una librería sin saber con qué te vas a tropezar.

2.- Tu biblioteca  tiene fama de ser una de las mejores de Aragón. ¿Cuántos volúmenes tiene y cuáles son sus características más importantes?

Volúmenes tengo demasiados. Más de los que podré leer jamás aunque viviera varias vidas. Pero todos son como mis hijos: soy incapaz de desprenderme de ninguno y a todos los trato con el mismo mimo y consideración, desde el más importante hasta el más humilde.

La característica principal de mi biblioteca es que es la biblioteca de un lector. Está hecha por mí y para mí y por tanto están todos mis gustos, intereses, apetencias... No es por supuesto una biblioteca de aluvión como suelen serlo las de los críticos, que reciben libros de todo tipo. Yo sólo he comprado los libros que pensaba leer, los que necesitaba consultar o los que consideraba que debían estar indefectiblemente en mi casa. Siempre he comprado los libros para leerlos, aunque desde luego no haya podido leerlos todos.

Los temas que más me han interesado han sido siempre la literatura –poesía, ensayo y novela- la historia de los siglos XIX y XX, los libros aragoneses, los de los escritores bohemios o malditos,  los libros de bibliografía... No me gustan nada los llamados libros de bibliofilia, esos libros lujosos que a mí nada me dicen. Prefiero siempre los libros humildes, raros y curiosos.

3.- Si por una causa de fuerza mayor, tuvieras que salvar exclusivamente uno sólo de los libros que tienes, ¿Con cuál te quedarías?

Ya te he dicho que son todos como mis hijos ¿Cómo elegir uno?  Sería imposible. Hay cientos de libros de los que tengo en mi casa que intentaría salvar.  Lo que sí creo es que salvaría primero los libros aragoneses.  ¿Por qué? Pues porque de los demás libros hay a buen seguro otros ejemplares iguales o mejores en muchas bibliotecas. Pero de mis libros aragoneses quizá haya algunos cuantos que a lo mejor sólo están en mi casa y tal vez en dos o tres bibliotecas más. Y si no nos preocupamos los aragoneses de  nuestros libros, ¿quién va a hacerlo entonces? 

4.- Nos encontramos en plena era de la informática. Todo parece que pasa por Internet ¿Qué futuro auguras para los libros?

Internet ha revolucionado sin duda el mundo del libro. Miles y miles de libros están disponibles para cualquiera sin salir de casa. Pero en Internet sólo se encuentran los libros que se buscan.  El encanto de las librerías, de los rastros, de los mercadillos, es que nunca sabes qué libro te vas a encontrar, con qué libro insospechado te vas a tropezar. Y ese encanto permanecerá siempre. A lo mejor en Internet uno no se pone a buscar primeras ediciones de Juan Ramón.  Pero ¿quién no se las llevaría a casa si las encontrara a buen precio en un puesto en el Rastro?

El futuro de los libros no se verá por otra parte afectado por la era de la informática de la que hablas. Nadie quiere leer en el ordenador y todos prefieren -y supongo que se preferirá siempre- leer en papel.  El libro es además un objeto de culto, un tótem cultural que no podrá desaparecer jamás.

5.- Recientemente se ha celebrado el 30 aniversario de la creación del Rolde de Estudios Aragoneses del que eres miembro de la junta directiva desde su fundación. ¿Cómo ves después de todos estos años el sentimiento aragonesista en la sociedad actual?

En Aragón, que es un país de tan larga y fecunda historia, ha habido siempre y seguirá habiendo aragonesistas dispuestos a comprometerse con las tradiciones, la cultura y la libertad de su pueblo. Pero los aragoneses somos gente sensata. Nuestra forma de entender el aragonesismo es propia y peculiar, sin aspavientos ni estridencias, y no queremos repetir los modos y las maneras de los nacionalismos excluyentes de algunas otras comunidades vecinas. Por culpa de algunos de esos nacionalismos excluyentes, con los que a veces torticeramente quieren compararnos, no se ven en ocasiones con buenos ojos los notables esfuerzos de tantos y tantos aragonesistas bienintencionados que trabajan día a día por hacer un Aragón más orgulloso de sí mismo, con voz propia y mayor presencia en el conjunto del Estado. Yo creo que hoy el sentimiento aragonesista está vivo y pujante, como siempre. Porque está presente y vivo en el corazón de muchos miles de aragoneses.  Más allá de algunos malos resultados electorales de una de sus fuerzas políticas más representativas.

6.-  Hace apenas unos meses que se han celebrado elecciones municipales y autonómicas. A raíz de los resultados de las mismas y los posteriores pactos,  ¿cómo ves el panorama político en Aragón ?

Más o menos como siempre. La única sorpresa ha sido el Ayuntamiento de Zaragoza, donde nadie entiende por qué un alcalde pacta con un grupo que no le da la mayoría, frente a otras opciones que sí se la habrían dado. A nadie le gusta gobernar en minoría, así que habrá que analizar por qué Belloch ha elegido esa vía. La conjetura de que ha sido inducido a ese pacto por quien manda más que él es la que más se oye por los mentideros. Pero no deja de ser una conjetura. Marcelino Iglesias está por otra parte cada vez más asentado y muy bien asesorado, con una política inteligente que le permite seguir consolidando su poder paso a paso. No es casualidad que comience ahora su tercer mandato consecutivo. Se ha situado prácticamente en el centro político, que es donde dicen los politólogos que está el mayor vivero de votos. Su estrategia de pactar con el PAR supone dividir a la derecha y evitar que, a su vez, un posible pacto PP-PAR pudiera poner en peligro la hegemonía socialista.  Le interesa además apoyar a los regionalistas, que éstos se consoliden en sus actuales posiciones y de esta forma le sigan limando un buen montón de votos al PP. Sabe que para ello, para que los regionalistas sigan obteniendo votos y apoyos, clientelistas en muchos casos como es bien conocido, es fundamental que estén en el Gobierno y por ello les brinda -y les brindará siempre que pueda- la posibilidad de gobernar en coalición. Todo con tal de cercenar el posible crecimiento del PP.  Marcelino tiene sin duda grandes asesores, algo que se echa en falta en otros partidos.

Los malos resultados de la CHA han sido quizá la gran sorpresa de las últimas elecciones. Ninguna encuesta los previó ni nadie los esperaba. Es posible hacer muchas lecturas de esos malos resultados: los votos prestados para luchar contra el trasvase, que una vez desterrado el temor a éste vuelven a sus lugares de origen; los pactos con nacionalistas excluyentes -como los formalizados con Esquerra Republicana- que no han podido ser bien entendidos en una comunidad como Aragón nada sospechosa de veleidades secesionistas;  el hecho de que desde sus aliados catalanes jamás se nos haya tendido una mano (véase el litigio de los bienes del Aragón oriental); la pérdida de la calle y de los votos más jóvenes; el asunto de la paralización de La Romareda... No hay una sola razón que explique el descalabro, sino que probablemente es la suma de muchos pequeños errores propios y también de algunos reveses de los que no son responsables. En cualquier caso, yo conozco bien a la mayor parte de sus dirigentes desde que éramos adolescentes, sé que son gente honrada, capaz y trabajadora, que están en política porque creen de verdad en su ideología aragonesista,  y estoy seguro de que sabrán recomponer el partido para ponerlo otra vez a punto. Al contrario de lo que piensan algunos, me parecería tremendamente injusto que buena parte de esos dirigentes se tuvieran que marchar a casa por esos malos resultados. Son los mismos que llevaron al partido desde la nada hasta convertirlo en el tercer partido político de Aragón. Así que su cualificación está sobradamente probada. ¿Hay que dejar de contar con ellos por un fracaso electoral, cuando hasta ahora todo habían sido mieles y éxitos? Yo estoy convencido de que no. A un gerente que ha hecho ganar a su empresa grandes cantidades de dinero a lo largo de los años no se le despide por un puntual mal cierre de ejercicio.

7.- Sé que te une una gran amistad con José Antonio Labordeta, que ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones generales. ¿Qué te parece su decisión y cómo valoras su paso por el Parlamento Español?

Aragón ha existido en el Parlamento gracias a José Antonio Labordeta. Eso lo sabe todo el mundo. Si José Antonio no hubiera estado en Madrid no se hubiera hablado jamás de Aragón. Así que su presencia en el Parlamento ha sido fundamental para que se enteren de que existimos. Y él ha sabido relacionarse muy bien con la gente,  con su desenfado y desparpajo habituales. En cualquier caso, yo lo quiero tanto que nunca soy objetivo con él. Su decisión de no volverse a presentar me parece una noticia triste para el aragonesismo, pero respetable y comprensible en el aspecto personal. Tiene setenta y dos años, una salud algo delicada y ya no podemos ni debemos exigirle más sacrificios.

 8.- Otra de tus pasiones es el fútbol, o como alguna vez te he oído decir, más que el fútbol, el Real Zaragoza, del que eres consejero desde la entrada de Agapito Iglesias en el club. Cuéntanos tu relación con el equipo zaragozano.

Yo he sido un zaragocista furibundo toda mi vida. Empecé a ir a La Romareda con mi padre cuando tenía cuatro o cinco años. Un tío abuelo mío, Felipe Lorente Laventana, fue el Presidente del Zaragoza de los Alifantes que logró el primer ascenso a Primera División, mi padre tiene la insignia de oro y brillantes del club por llevar más de cincuenta años de socio ininterrumpidos, de mi familia vamos al fútbol todos los varones de tres generaciones -mi padre, mi hermano y yo, mi sobrino y mi hijo-, en fin, que en mi familia se ha vivido siempre un gran ambiente zaragocista. No entiendo -y lo decimos muchas veces el Presidente Bandrés y yo cuando vamos a las peñas- cómo se puede ser aragonés y ser del Madrid o del Barcelona. Un aragonés tiene que ser del Zaragoza, porque el Zaragoza es el equipo de Aragón. Y si el Huesca, el Teruel o el Barbastro estuvieran en Primera yo sería también del Huesca, del Teruel y del Barbastro. Porque soy de los que entienden que cuando gana cualquier equipo aragonés ganamos todos.

Efectivamente, como bien dices a mí me gusta más el Zaragoza que el fútbol en sí. Lo que quiero es que gane siempre mi equipo, aunque sea jugando mal, en el último minuto y de penalti injusto.

Estos últimos años, hasta que me hicieron consejero, he estado yendo al fútbol con mis amigos escritores: José Antonio Labordeta, Félix Romeo, Rodolfo Notivol, Antonio Pérez Lasheras, Miguel Mena, Ismael Grasa, Ignacio Martínez de Pisón cuando está en Zaragoza... Todos ellos son tan zaragocistas como yo. Pasábamos de hablar de Paul Auster o de Braulio Foz a cantar los goles de Milito. Es éste un ejercicio de salud mental muy recomendable.

 9.- El Real Zaragoza se ha reforzado convenientemente de cara a la próxima temporada. ¿Cuál es la meta que os habéis puesto?

Recuperar el orgullo de ser zaragocistas. El Zaragoza ha sido siempre un gran equipo. Ha ganado nueve títulos, ha jugado otras muchas finales y nos ha dado siempre muchas más satisfacciones que desengaños. Yo les digo en las peñas a los aficionados zaragocistas que en los últimos 20 años el Zaragoza es el tercer equipo español en número de títulos (empatado con el Valencia y el Deportivo de la Coruña) y que sólo nos ganan el Madrid y el Barcelona. ¿Es o no es para estar orgullosos de nuestro equipo? Nosotros nos hemos propuesto seguir creciendo, intentar formar un gran equipo y llegar lo más lejos posible. Tenemos una gran afición y ahora sólo nos falta conseguir un gran resultado en la Liga, la competición que siempre se nos resiste.

10.- ¿Ya tenéis decidido el tema de la Nueva Romareda?

No. Nosotros tenemos que hablar con las instituciones, explicarles que el Zaragoza necesita un gran campo acorde con la categoría de nuestra ciudad (la capital de Aragón y la quinta ciudad de España, no lo olvidemos) y que a ese campo, cuanto más céntrico esté, más fácil será sacarle rendimiento y rentabilidad. El futuro pasa por explotar las instalaciones del campo y sus locales aledaños muchos días a la semana y no un solo día cada dos semanas.  Por eso la ubicación es muy importante. Pero la decisión última no está en nuestras manos. Lo único que nosotros queremos, de verdad, es ser tratados no como una Sociedad Anónima cualquiera sino como el club que gestiona el sentimiento zaragocista de miles y miles de aragoneses, como el mejor embajador de la ciudad que somos, como su mayor propagandista. El partido contra el Madrid en La Romareda de la pasada Liga lo vieron un montón de millones de personas por televisión. Durante esas dos horas se habló más de Zaragoza en el mundo que en el resto del año. Esto es así, guste o no guste el fútbol. Y al Zaragoza hay que tratarlo de una forma especialísima por lo que es y por lo que representa. Así lo veo.

11.-  Ya sabes que Lechago es uno de los pueblos aragoneses que ha tenido la desgracia de “caerle encima” un pantano. ¿Qué opinión tienes al respecto y que consejo darías a los lechaguinos  sobre el tema?

Luchar y luchar sin tregua contra el pantano, como han hecho hasta ahora y más si cabe. Yo a los que defienden los pantanos les pondría uno en la puerta de su casa. Esto es un poco como lo de la guerra de Irak: a los que la defendían yo les hubiera mandado rápidamente a los frentes de batalla, para que combatan de verdad. Pero es muy cómodo defender los pantanos y las guerras desde los despachos, mientras los inundados y los muertos son otros.

12.- Aparte del pantano, ¿Conoces algo más sobre Lechago o los lechaguinos?

Mi relación con Lechago es a través de mi amigo Luis Alegre. La última vez que estuve en el pueblo fue para asistir al entierro de su padre, Alberto Alegre, a quien todos los amigos de Luis queríamos mucho porque era un hombre extraordinario.  Al lado de Alberto vi la final de la Recopa de París, junto con Luis, Félix Romeo y José Luis Acín, y fue él la primera persona a la que abracé tras el gol de Nayim. Eso no se olvida nunca. Aún nos queda afortunadamente la madre de Luis, que también competía con Alberto en elegancia, cariño y delicadeza.

Además la madre de otro gran amigo mío, Félix Romeo Pescador, también procede de Lechago. Y de aquí es también un buen amigo mío, zaragocista y aragonesista, con quien me veía todos los domingos en La Romareda. No sé si te suena el nombre de Agustín Martín...

13.- Para finalizar, ¿ Qué opinión te merece nuestra Asociación y la revisa que publicamos?

La mejor de las opiniones. Siempre he dicho que los pueblos que tienen o han tenido prensa y publicaciones propias son los más vivos, cultos y dinámicos: pensemos en Jaca, Barbastro, Monzón, Borja, Alcañiz, Fraga... y Lechago. Es  verdaderamente admirable que se mantenga una publicación como la vuestra.  Si cada pueblo de Aragón tuviera una revista como la que hacéis vosotros las cosas quizá serían diferentes y, con toda seguridad, mejores.