Palabras pronunciadas por José Luis Melero en la ENTREGA DEL PREMIO ARAGÓN DE LA FUNDACIÓN 29 DE JUNIO A EMILIO GASTÓN. Zaragoza, 14 de febrero de 2015.
En nuestro corazón de aragonesistas, en nuestro corazón de enamorados de este viejo país indómito y milenario (al que si no queremos y defendemos nosotros, por cierto, nadie va a venir de fuera a hacerlo en nuestro nombre) siempre hay un lugar de privilegio reservado a José Antonio Labordeta. Junto a él, a su lado, un letrero nos advierte: “Este espacio lo ocupa el gran Emilio Gastón”. Y allí están los dos juntos para siempre, como siempre lo estuvieron desde su infancia. - ¿POR QUÉ QUEREMOS A EMILIO? - Queremos a EMILIO porque fue un PIONERO, el primer diputado ARAGONESISTA de izquierdas en la transición. Lo queremos porque, como muchos de nosotros, sólo conoció un partido y sólo sirvió a unas ideas: las del PSA, en su caso. - Lo queremos por tanto por esa LEALTAD a unos principios: el aragonesismo, el republicanismo, el federalismo, la pasión por las letras y la cultura, que heredó de sus mayores: el cheso LEONARDO GASTÓN NAVASAL (su bisabuelo federalista y republicano, amigo y compañero del gran Joaquín Gil Berges), su abuelo EMILIO GASTÓN UGARTE (aragonesista de izquierdas y esperantista) y su padre RAFAEL GASTÓN BURILLO, a quien he leído mucho y que tanto hizo por las letras aragonesas con sus estudios sobre López Allué y Braulio Foz, entre otros. - Lo queremos porque -recordando a sus ascendientes altoaragoneses- un día decidió escribir en aragonés cheso, en contra naturalmente de cualquier estrategia de marketing y de posicionamiento de mercado, pero con un valor simbólico y ejemplificador tan importante como cuando Domingo Miral escribió sus comedias chesas a principios del siglo XX. - Lo queremos porque fue el primer JUSTICIA de Aragón de la era moderna, porque se creyó el cargo -tan relevante para nosotros- lo dignificó y le dio empaque, distinción y prestigio. - Lo queremos porque en un país como Aragón que se define por su Derecho, EMILIO se dedicó a éste con pasión y formó un gran despacho con colaboradores de lujo como mis buenos amigos José Manuel Marraco o Fernando Zamora. - Lo queremos porque es un POETA y los poetas, es bien sabido, mueven el mundo. RUBÉN DARÍO escribió de sí mismo aquello de: “NEFELIBATA contento, / creo interpretar / las confidencias del viento, / el cielo y el mar”. Si hubiera conocido a Emilio, Rubén habría pensado también en él al escribir estos versos. Porque Emilio es también un NEFELIBATA, el que habita en las nubes, el nubepensador, el hombre al que le cuesta vivir con los pies en la tierra. (Acabo de llegar de Madrid de ver a VARGAS LLOSA interpretar en el Teatro Español Los cuentos de la peste. En un momento de la obra, Vargas Llosa le dice a Bocaccio: “¿Has perdido el juicio?”, a lo que éste le responde: “¿Juicio? Nunca lo tuve. Soy poeta”. Pues eso, EMILIO, como Bocaccio, es poeta). - Lo queremos por tanto porque es un poeta DESPISTADO, ENTRAÑABLE y CARIÑOSO. Sus anécdotas de poeta nebelifata son gloriosas. Sólo contaré dos: una noche estábamos los amigos cenando con Labordeta en “Casa Emilio”, cuando Emilio Gastón apareció. Venía muchas veces, pero esa noche nos dijo: “Es que había quedado con alguien en algún sitio, aunque no sé con quién ni dónde. Por eso he venido aquí, a ver si por casualidad era con vosotros”. Y yo me moría de ternura cuando venía al Patronato de la Fundación Gaspar Torrente -cuando yo la presidía- y me decía: “Pepe, estoy muy contento de ser patrono y de venir a las reuniones de la Fundación Torrente Ballester”. - Lo queremos porque decidió servir a Aragón y no servirse de él. Porque nada de Aragón le ha sido AJENO y porque representa muy bien ese REARME MORAL tan fundamental en estos tiempos. No sólo no se enriqueció con la política sino que le costó mucho dinero la aventura del PSA. Él -y todos los aragonesistas de su generación (Eloy Fernández, Gonzalo Borrás…)- nos enseñaron a trabajar GRATIS por Aragón. Ninguno de ellos cobró nunca 400.000 euros por ASESORAR a gobiernos extranjeros. Tenían el corazón, la cabeza, las entrañas y las energías aquí. No sólo no ganaban dinero, sino que lo ponían (para ANDALÁN, para el PSA, para las revistas y publicaciones literarias…). Y eso es lo que nos enseñaron a las generaciones de aragonesistas que les seguimos. Y nosotros también nos hemos pasado la vida poniendo dinero: para el ROLDE, para la CHA…para tantos proyectos. Y eso lo aprendimos de ellos, viendo su ejemplo: el de Emilio y los suyos. Aquí nadie se ha lucrado nunca de nada. Aquí todos hemos puesto siempre. Sin parar. Nos hemos pasado la vida poniendo: esfuerzo, trabajo, cariño, dinero… Hoy día de San Valentín, con permiso de Mari Carmen Gascón, quiero declararle a EMILIO nuestro AMOR, el de todos nosotros, y mostrarle nuestro AGRADECIMIENTO por una vida entera dedicada a hacer de Aragón un país mejor. Pocos premios pues tan merecidos como éste. LLAMO para entregar el premio a José Luis Soro y Juan Martín, Presidente y Vicepresidente, respectivamente, de la Fundación 29 de Junio. LLAMO para que suba a recoger el premio a Emilio Gastón.
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